Si no estás seguro de qué debes hacer, permite que Dios se ponga a la cabeza.

Dios peleará por nosotros. Solo necesitamos confiar.

El poder de Dios es muy grande para aquellos que creen.

Jesús nos promete el Espíritu Santo para que pueda cuidarnos en nuestros momentos de necesidad

Otros cristianos pueden darnos buenos consejos, pero sólo Dios nos puede ayudar.

El regalo de Jesús del Espíritu Santo es una expresión tangible de su cuidado y de su preocupación.

La morada de Dios está en nosotros.

No importa cuán fuera de control parezca que están las cosas, no hemos de tener temor.

Dios ha cumplido todas sus promesas.

Nada ni nadie puede frustrar la promesa de Dios de salvarnos.

Nuestro corazón anhela la satisfacción.

Sentirnos infelices nos hace anhelar el cielo aún más.

La felicidad en la tierra es sólo temporal.

Sólo quedaremos satisfechos cuando alcancemos el cielo.

Nada en la tierra puede satisfacer nuestro anhelo más profundo: ver a Dios.

Dios demuestra su cuidado de nosotros usándonos en su servicio.

Dios no terminará contigo hasta que Jesús regrese.

Dios tiene un nombre nuevo para ti; un nombre único y singular que sólo él conoce.

Nuestro futuro en el cielo es tan prometedor que garantiza un nuevo hogar, un nuevo cuerpo, una nueva vida y un nuevo nombre.