-
El perdón sólo podía
venir a costa de un gran precio.
-
Jesús experimentó los
frutos del pecado por amor a nosotros; el temor, la vergüenza, la
desgracia, la culpa y el desaliento.
-
Jesús fue culpado por
cada pecado que se ha cometido y que se cometerá hasta el fin del mundo.
-
La lista de nuestros
fracasos y de nuestras debilidades es larga.
-
La sangre de Jesús ha
borrado la lista de nuestros pecados.
-
El registro de nuestros
pecados ha sido limpiado.
-
Dios nos permite hacer
nuestras propias elecciones.
-
Debido a que Dios nos da
a elegir, debemos darnos cuenta que todas las elecciones acarrean
consecuencias, tanto buenas como malas.
-
No importa cuántas malas
elecciones hayamos hecho en el pasado, éstas son redimidas por una buena
elección: seguir a Jesús.
-
Jesús te ama lo
suficiente como para permitirte elegir.
-
Jesús se vistió de
humildad y de justicia.
-
Jesús llevó en la cruz
nuestro pecado y nuestra vergüenza.
-
Jesús nos ofrece su
túnica de pureza sin costura.
-
El perdón de Jesús nos
ha revestido de salvación.
-
Jesús te invita a dejar
tus pecados y tus preocupaciones en la cruz.
-
Una vez que Jesús
perdona el pecado que confesamos, nunca más necesitamos traerlo a
colación.
-
Se nos manda perdonar,
así como se nos ha perdonado a nosotros.
-
Aún cuando no nos
sentimos perdonados, es un hecho de nuestra salvación.